¿Alguna vez has oído hablar de la terapia TENS contra el dolor? Se trata de un tratamiento médico cuyo objetivo es calmar el dolor mediante estímulos en los nervios. Su nombre proviene de un acrónimo del inglés –Transcutaneous electrical nerve stimulation– que significa electroestimulación nerviosa transcutánea.
Desde hace más de 30 años, los fisioterapeutas utilizan electroestimuladores de uso profesional que pueden programarse para diferentes usos (como rehabilitación, fortalecimiento, recuperación, relajación…) entre los cuales está la terapia TENS para aliviar el dolor.
Ahora también se comercializan dispositivos portátiles destinados a ser utilizados directamente por los usuarios que sólo incluyen el programa para el alivio del dolor, de modo que son muy sencillos de manejar.
Cómo funciona
En la piel, músculos, articulaciones y órganos tenemos los llamados nociceptores (también conocidos como receptores del dolor), que transmiten las sensaciones dolorosas al cerebro a través del sistema nervioso. La terapia TENS actúa sobre esa transmisión de impulsos dolorosos, estimulando otras fibras nerviosas y neutralizando esas señales de dolor.
Por otra parte, también se ha observado que los estímulos producidos en la terapia TENS aumentan la secreción de endorfinas (unas sustancias que produce nuestro cuerpo para reducir la sensación de dolor).
Para qué es apropiado
Aunque aún faltan estudios que detallen la eficacia estadística del TENS, se ha visto su efectividad en casos de dolor de espalda (por ejemplo, lumbalgia), de articulaciones (incluso artritis y artrosis) y otros tipos, como la ciática o el dolor crónico.
Cómo se aplica
Los parches TENS se colocan sobre la piel, en la zona dolorida, y al conectarse liberan una pequeña corriente que el usuario puede regular aumentando o disminuyendo su intensidad, hasta notar una sensación de hormigueo o de pequeñas contracciones. Una sensación desagradable o molesta es señal de que la intensidad aplicada es demasiado elevada y conviene disminuirla.
Los parches se pegan sobre la piel limpia y seca, evitando que entren en contacto con superficies metálicas como piercings. En el mercado existen muchos modelos que actúan a pesar de que la zona de aplicación tenga mucho vello (como en las piernas, por ejemplo), pero nunca deben colocarse en la cabeza, cuello o pecho. Aquellas personas con problemas del ritmo cardíaco, de la coagulación sanguínea o con dolores crónicos no diagnosticados deberían consultar a su médico antes de utilizarlos.
Precauciones
Si decides adquirir uno de estos parches, asegúrate de que cumple los requisitos de calidad que exige la legislación a los productos médicos.
Recuerda que estos dispositivos no sustituyen a los electroestimuladores que utilizan los fisioterapeutas, aunque sí pueden ser de utilidad en casos leves que no requieran la supervisión de un profesional. Su fácil manejo, la posibilidad de utilizarlos en cualquier momento del día y la posibilidad de lo puedan utilizar diferentes miembros de la familia lo hace realmente versátil.
Fuentes:
www.fisioterapiaparatodos.com
www.urgo.fr
Autor: Gloria Aparici. Farmacéutica.
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