La litiasis renal (tener piedras en el riñón) es una enfermedad más común de lo que podríamos pensar. De hecho, en 2018 afectaba al 14.6% de la población española y se cree que en los próximos años esta cifra aumentará.
Para entender cómo puede ser que se formen piedras en el riñón, tenemos que recordar que los riñones son como depuradoras que filtran la sangre para eliminar los productos de desecho (urea, ácido úrico, creatinina, electrolitos…) en la orina. Si no bebemos suficiente agua, los residuos se acumulan y se solidifican formando lo que llamamos piedras en el riñón (también conocidas como cálculos renales o urolitos).
Los cálculos renales pueden provocar diferentes síntomas, pero siempre hay que consultar al médico si tenemos dolor al orinar, orina turbia o con sangre, necesidad constante de orinar, si no conseguimos orinar o si los síntomas son como los de un cólico nefrítico: dolor intenso en la parte baja de la espalda que se irradia hacia el abdomen, la ingle y los genitales, que aparece repentinamente y dura entre 20 y 60 minutos, con náuseas y escalofríos.
En un principio, el tratamiento es analgésico: aplicación de calor local y medicamentos para calmar el dolor. En esta fase estarían indicadas las plantas medicinales tradicionalmente llamadas “rompepiedras” (en tu farmacia te pueden recomendar algún medicamento fitoterapéutico específico para la litiasis renal, como Herbensurina o Resolutivo Regium). La mayoría de piedras o cálculos renales pueden pasar a través de las vías urinarias espontáneamente en un período de entre 1 y 5 semanas.
Si el cálculo renal es de cierto tamaño, no se ha expulsado en dos meses o si se ha quedado atascado obstruyendo el flujo de orina, se procede a un tratamiento hospitalario, habitualmente mediante un procedimiento indoloro llamado litotricia extracorpórea por ondas de choque. En otros casos se hace necesaria la intervención quirúrgica.
¿Y podríamos evitar llegar a este punto? ¿es posible impedir que se nos formen cálculos renales? Afortunadamente, sí. La clave está en recordar que los riñones filtran los residuos que lleva la sangre y que si no tienen suficiente cantidad de agua, estos residuos pueden acumularse y solidificarse formando “piedras”. De ahí, que la mejor prevención es beber mucha agua, incluso sería recomendable beber más de 2 litros al día.
Fuentes:
Colegio oficial de farmacéuticos de Madrid
National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases
Autor: Gloria Aparici. Farmacéutica.
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