Los sabañones (médicamente conocidos como eritema pernio o perniosis) son lesiones en la piel en las que la parte afectada presenta un aspecto rojo o violáceo, está hinchado y produce picor y/o dolor. En casos más severos, incluso pueden aparecer ampollas o úlceras.
El frío del invierno -especialmente en condiciones de humedad y viento- está considerado como el factor principal que provoca sabañones, pero también influyen otros, como los factores hormonales y genéticos, el consumo de tabaco, una mala alimentación o ciertas enfermedades (entre ellas, la diabetes y las que causan mala circulación), lo que hace que algunas personas tengan más predisposición a padecer este problema de salud.
Las lesiones pueden aparecer unas 12-24 horas después de la exposición al frío y suelen tardar en curarse entre 1 y 3 semanas. Habitualmente afectan a las manos (especialmente, a los dedos), pero también pueden salir en los dedos de los pies, orejas o nariz.
Dado que la aparición de sabañones está causada por el efecto del frío en los vasos sanguíneos (provoca que se contraigan, reduciendo el riego sanguíneo en la zona), podemos prevenir la aparición de sabañones tomando sencillas medidas como:
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Abrigarse: protegerse del frío, viento y humedad en medida de lo posible. Serán de mucha utilidad los guantes y unos zapatos que eviten que los pies estén húmedos y fríos.
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Hidratarse: la piel debe estar bien hidratada, evitando que su sequedad acentúe el eritema
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Favorecer la circulación: es importante que la ropa sea holgada y que el calzado no apriete, para no comprometer el riego sanguíneo. También es recomendable realizar movimientos de manos y pies para estimular la circulación.
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Cuidar la alimentación: se recomienda ingerir alimentos ricos en vitamina C y E (ya que protegen los capilares) y evitar el alcohol, el tabaco y las bebidas estimulantes -como café o té- porque son vasoconstrictores y dificultan la circulación.
Hay que tener en cuenta que, si ya hemos sufrido frío, es mejor entrar en calor poco a poco, sin exponer los pies y manos directamente a una fuente de calor (como una estufa) porque los cambios bruscos de temperatura aumentan el riesgo de que se generen sabañones.
El tratamiento de esta dolencia se centra en la protección contra el frío y el uso de cremas hidratantes, aunque también son de utilidad las medidas que ayuden a mejorar la circulación, como los baños en agua tibia o masajear suavemente la zona afectada. Asimismo, nuestro farmacéutico también podrá recomendarnos pomadas adecuadas para reducir el dolor y el picor que producen los sabañones.
Fuentes:
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid
El médico interactivo
Autor: Gloria Aparici. Farmacéutica.
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